14 de marzo, Día Mundial del Sueño (viernes anterior al equinoccio de primavera)

El Día Mundial del Sueño es una efeméride de muy reciente creación pero que ha ganado popularidad. Fue establecida para impulsar una acción que todas las personas realizan, aunque no siempre de una manera adecuada. Además, algo tan simple como dormir puede marcar la diferencia entre una buena y una mala salud.
Existen una cantidad agotadora de razones por las que se puede tener un mal sueño y algunas están bajo el control de cada persona. Además, un descanso placentero tiene un impacto directo en el rendimiento laboral y escolar.
El psicólogo Tomás Delfino Alcántara Ramírez, especialista adscrito a la Coordinación de Salud Mental y Adicciones del IMSS, explicó que un sueño reparador contribuye a la claridad mental, la toma de mejores decisiones y un rendimiento óptimo al día siguiente. “El sueño es un proceso natural en el que el cerebro sigue activo, permitiendo la recuperación del cuerpo y el fortalecimiento de las funciones cognitivas superiores como la memoria, el aprendizaje y la concentración”, indicó el especialista.
Para lograr un descanso adecuado, es fundamental contar con un ambiente propicio: un espacio tranquilo, sin ruido, con una temperatura adecuada y libre de distracciones. Además, Alcántara Ramírez recomienda reducir el consumo de cafeína, alcohol y nicotina, establecer horarios regulares de sueño y evitar el uso de pantallas antes de dormir, ya que la luz que emiten estimula el cerebro e interfiere con el descanso.
¿Cómo afecta un mal sueño a la salud?
Estado de ánimo. Irritabilidad, una mayor sensación de estrés, falta de paciencia o atención son algunas de las formas más evidentes en que una noche de mal sueño puede afectar a tu estado de ánimo al día siguiente.
Rendimiento físico. Dado que el sueño es crucial para la recuperación y reparación muscular, cantidades inadecuadas pueden evitar que tu cuerpo se recupere de manera eficaz o rápida después del ejercicio, lo que lleva a entrenamientos pesados e incluso a un mayor riesgo de lesiones en ciertos casos.
Toma de decisiones. La privación del sueño también puede llevar a sesgos cognitivos como patrones de pensamiento negativo y rumiación, lo que puede exacerbar sentimientos de tristeza, ansiedad e irritabilidad. Todo esto es un recordatorio de lo estrechamente relacionado que está el sueño con los otros pilares de nuestra salud.
Sistema inmunológico. Los procesos internos de tu cuerpo también sufren por el mal sueño. Mientras duermes, tu cuerpo está altamente activo en varios procesos restaurativos esenciales para tu salud física y mental.
Regulación del azúcar en sangre. La regulación del azúcar en sangre sigue siendo importante mientras duermes. De hecho, es un momento en el que el cuerpo se vuelve más sensible a la insulina, la hormona responsable de transportar la glucosa a las células para energía o almacenamiento. La falta de sueño puede interrumpir este proceso.
¿Cómo debe ser una correcta higiene de sueño?
-Dormir entre siete y nueve horas cada noche
-Mantener un horario de sueño regular, incluso cuando tienes tiempo libre
-Evitar actividades estimulantes, como mirar tu teléfono, antes de acostarte
-Crear un ambiente de sueño fresco, oscuro, silencioso y libre de distracciones
-Seguir una rutina de relajación antes de acostarte que te ayude a desconectarte
El IMSS ofrece atención especializada para tratar trastornos del sueño mediante un equipo multidisciplinario conformado por otorrinolaringólogos, maxilofaciales, neumólogos, psiquiatras, neurofisólogos, psicólogos clínicos y nutriólogos. La estrategia incluye tratamientos no farmacológicos basados en psicoeducación sobre hábitos saludables, así como terapias individualizadas para cada paciente.
Cuidar nuestro sueño es cuidar nuestra salud. Dormir bien es un pilar fundamental del bienestar físico y mental, y hoy, en el marco del Día Mundial del Sueño, es un buen momento para reflexionar sobre la importancia de establecer hábitos que nos permitan descansar mejor y vivir con mayor calidad.