Sinopsis Política: Crisis en el gobierno contamina a MORENA

 Sinopsis Política: Crisis en el gobierno contamina a MORENA

Por: J. Salatiel Arroyo Zamora

Es común que, cuando un partido o movimiento político accede al gobierno, gana el poder, pero pierde al partido. Es decir, lo vicios inherentes al ser humano se manifiestan al encumbrarse en esa potestad, particularmente cuando el objetivo son los bienes materiales, la riqueza monetaria, y se es débil de carácter y frágil de convicciones, como para tolerar la seducción de ese poder. Pues de inmediato (por generación espontánea) el mandatario se vuelve inteligente, sabio, experto en todo, un ser iluminado, casi divino, inalcanzable y merecedor de todo, ególatra, arrogante, prepotente y dictatorial. Entre más ignorante y torpe, mayormente se distinguen esas características.

Todo político encumbrado olvida las promesas de campaña, los preceptos partidarios que juró cumplir, su formación doctrinaria e ideológica, en tanto los principios morales les resultan estorbosos y las normas legales maleables. La metamorfosis por la que transitan es increíble hasta para sus seguidores; otros, únicamente externan lo que siempre han sido: individuos vulgares, llenos de traumas y complejos, estafadores insaciables.

El descontrol de los apetitos de riqueza y poder del sector dominante, se convierten en la causa real de la mayoría de los problemas sociales, convirtiendo a la clase gobernada (dominada) en víctimas del esclavismo moderno, creando con el patrimonio de los contribuyentes “programas sociales”, que no son otra cosa que infaustas herramientas de dominación y control colectivo, a cambio de migajas condicionadas.

Además, aliándose y permitiendo la libre operación, fortalecimiento y expansión del crimen organizado, que genera terror en la mayor parte del territorio nacional, especialmente en entidades con antecedentes libertarios, para inhibir cualquier intento de rebelión; intimidando, en ocasiones eliminando, objetivos de riesgo (periodistas, académicos, luchadores sociales honestos, políticos adversarios…), que además son criminalizados.

Mientras los gobiernos – de los tres niveles- no simulan su tolerancia, incluso “apapacho” y sumisión a los poderes fácticos, los “ideólogos” de Morena se distraen en “sesudas” aportaciones teóricas, analizando si los señalamientos de individuos inconformes provienen de personas con tendencia de derecha o de izquierda.

Para ellos, la autocritica se encuentra en reposo con el arribo de la “izquierda” al poder y la crítica es condenada, quien se atreva a hacerla de inmediato es acusado de conservador, de haber guardado silencio antes, de no haber hecho nada para corregir y no presentar propuestas, solo “golpear” a la “honestidad valiente” que sigue gobernando, donde la corrupción es cosa del pasado, hoy el pueblo está feliz, feliz. Cuando la crítica lleva, de manera tácita, la propuesta; y esa es, que la situación debe cambiar o rectificar la actitud, porque no se esta de acuerdo con ella o, al menos, exhortar a la reflexión a quien va dirigida.

Los que se quejan por las extorsiones, familiares desaparecidos y padres de niños con cáncer que imploran medicamentos, son pagados por la derecha para protestar; afirman los “intelectuales” del Movimiento de Regeneración Nacional.

 No quieren darse cuenta de la opresión que se padece, mucho menos que somos objeto de doble esclavitud: de la conciencia a cambio de migajas de los programas asistencialistas y electoreros, que convierten en parásitos a nuestros jóvenes; y la esclavitud corporal, por el terror que generan los otros poderes, paralelos y a veces -en determinadas regiones- superiores a los del Estado mexicano. Siendo dos los autores del vasallaje: gobierno y crimen organizado. Resultando difícil conocer con exactitud la diferencia entre uno y otro.

La más reciente incongruencia

Los absurdos e incoherencias son constantes en los gobiernos de la Cuarta Transformación, en la Construcción del “Segundo Piso”, evidenciando de manera irrefutable que no existe diferencia entre los mandatos de otras fuerzas políticas y las que en el presente gobiernan, con la salvedad que las surgidas de la mal llamada “izquierda” son más obvias, o cínicas, además de incompetentes, voraces y ordinarias, con un discurso ramplón, lenguaje vulgar y actitud pendenciera. 

En 2017, siendo presidente de la dirigencia estatal del PRD, Carlos Torres Piña (hoy ilustre morenista), expulsó de las filas del Sol Azteca al ex presidente municipal de Lázaro Cárdenas, Arquímedes Oseguera, quien había sido sentenciado a 15 años de prisión, acusado de vínculos con el crimen organizado. Pero hoy, como secretario de Gobierno, a nombre del primer perredista… perdón, morenista, de la entidad (priista, perredista o morenista, son lo mismo, la misma escoria ambiciosa y saqueadora), Carlos Torres ha sido el encargado de entregar a Arquímedes Oseguera Solorio nombramiento como vocal ejecutivo del CEDEMUN.

Otra demostración de la complicidad y subordinación gubernamental, que genera caos e ingobernabilidad, se suscitó el día miércoles, con hechos violentos en 26 municipios de Michoacán -según el gobierno federal-. Decenas de vehículos fueron despojados a sus conductores e incinerados impunemente, las carreteras bloqueadas en gran parte del Estado y no se sabe de detenidos por esos hechos, mucho menos de cabecillas… “ellos son seres humanos que merecen respeto”.

Según la doctora científica, en su mañanera del pueblo, no hubo detenidos. A pesar de que, por decenas, transitaban armados con absoluta libertad por las carreteras federales y estatales, causando daño a su paso.

Lo que sí hubo, dos elementos policiacos asesinados; de la tropa, de esos que son desechables para sus altos mandos, pues ignoran lo que realmente sucede: que sus gobernantes (o comandantes supremos) y jefes, sólo simulan combatir a los criminales, pues tienen acuerdos previos con ellos, incluso desde los periodos de campaña. Los pactos de la maña son con los candidatos, los respeta el gobernante y ejecutan u operan los superiores jerárquicos de las áreas respectivas de la administración pública, sea federal, estatal y municipal.

Muchas veces la tropa ignora que los mismos delincuentes se infiltran como sus compañeros y comandantes, aun cuando no resulta difícil identificarlos por su manera de actuar y los intereses que protegen. Si lo duda, vea los videos de la manera en que fue privada de la libertad “la Comandante Chuy”, por supuestos compañeros con el rostro cubierto con pasamontañas y sin que se le notificara la causa de su detención, ni le fueran leídos sus derechos.

Y eso que se trata (aparentemente) de sus “compañeros”, que también se estaban beneficiando con la lucha de la mujer policía que, en su día de descanso, se manifestaba de manera pacífica por mejores condiciones laborales para todos, entre ellas incremento salarial y de la compensación de Banbajio. En respuesta, fue privada de la libertad, torturada y puesta a disposición del Ministerio Público acusada de “sabotaje”, por un gobierno “transformador”, que acata la línea ideológica y programática de la “honestidad valiente”. Un gobierno de “izquierda” que procura, en el discurso y de manera teórica, a la clase trabajadora. Pero en la práctica los esclaviza.

Otra verdad irrefutable, es que, a los gobernantes, lo único que les importa es perpetuarse en el poder, seguir lucrando con él, permanecer en el saqueo de los bienes públicos y protegidos con el mandato popular. Por eso están en campaña permanente, operando electoralmente, mintiendo, engañando a la población y repartiéndoles “beneficios” con los recursos de ellos mismos (del pueblo), pero pretendiendo que les deban ese favor y se les devuelva en forma de votos para ellos, su familia e incondicionales.

No existe trabajo administrativo, ni operación alguna que contribuya al fortalecimiento de la gobernabilidad, restablecimiento del Estado de Derecho, construcción de la paz y creación de condiciones de bienestar social, que no lleve implícitos intereses personales (financieros y electorales) de quienes los gestionan, autorizan y ejecutan. Los políticos y funcionarios son, en su inmensa mayoría, unos farsantes y manipuladores.

Eso sí, para ellos, los malos son los policías honestos, los adversarios políticos, ciudadanos inconformes (aunque por ellos hayan votado) y periodistas libres, que llaman “chayotero”, sin tener idea del significado del calificativo, pues si algo caracteriza a los cuatreros es la ignorancia y repetir lo que sus amos dicen. A todos los inconformes y criticones incómodos, desde la lógica del poder, hay que descalificarlos, encarcelarlos y eliminarlos.

Se auto proclaman de izquierda, pero apoyan a los priistas si les prometen votos y transmiten sus experiencias deshonrosas, sometiéndose incluso a los cacicazgos regionales, esos que Zapata despreciaba. Permitiéndoles que ultrajen la autonomía y autodeterminación de los pueblos originarios, como está sucediendo en Zitácuaro, con el alcalde Juan Antonio Ixtláhuac Orihuela y los funcionarios del Bienestar.

Continuará…

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