El fracaso del nuevo mercado de Pátzcuaro: parches a la soberbia

Por Marco Aguilar
Apenas inaugurado, el nuevo mercado de Pátzcuaro ya presenta parches improvisados para mitigar los efectos de las primeras lluvias. Las imágenes que acompañan este texto no son simbólicas: son prueba tangible de un fracaso técnico y profesional. Los puentes recién construidos han tenido que ser cubiertos con lonas de plástico para contener goteras y filtraciones. ¿A alguien le queda duda del desastre?
Este es el resultado de una pésima planeación y ejecución a cargo de la titular de la SEDUM, Gladyz Butanda. A pesar de las múltiples observaciones hechas durante la obra por especialistas y ciudadanía preocupada, nunca se atendieron los señalamientos. Desde el escritorio de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Movilidad, prevaleció la soberbia, el desprecio al conocimiento técnico, y una visión de urbanismo autoritario.

Con millones de pesos invertidos y tras una campaña de promoción personal disfrazada de transformación, hoy queda en evidencia que no se trató de un proyecto de ciudad, sino de una simulación política. Un proyecto de esta magnitud, con errores básicos de diseño (como la captación y canalización de aguas pluviales), compromete la seguridad de las personas, el funcionamiento del equipamiento público y el uso adecuado de recursos públicos.
¿Quién se hace responsable? o ¿sólo era responsable para salir en la foto?
Este caso debe ser un precedente. Porque los errores que hoy vemos en Pátzcuaro son un aviso claro de lo que puede suceder con los proyectos igualmente opacos y autoritarios como los teleféricos de Uruapan y Morelia. No podemos seguir permitiendo que el espacio público se convierta en laboratorio de improvisación política.

En un Estado verdaderamente democrático, una funcionaria con estos resultados ya habría sido destituida y sujeta a un proceso de responsabilidad administrativa. Hoy exigimos rendición de cuentas. No basta con cobijar el error con lonas: hay que destapar la verdad.