Condenan a Gérard Depardieu por agresión sexual, pero no irá a la cárcel

El actor Gérard Depardieu, uno de los nombres más reconocidos del cine francés, fue declarado culpable por un tribunal de París de agredir sexualmente a dos mujeres durante el rodaje de una película en 2021. La sentencia impuesta es de 18 meses de prisión, aunque con suspensión de la pena, lo que significa que el actor no ingresará a la cárcel a menos que cometa otro delito. La decisión judicial representa un punto de inflexión no solo en la carrera del artista, sino también en el desarrollo del movimiento #MeToo dentro del contexto cultural francés.
Depardieu, quien ha sido objeto de múltiples acusaciones en los últimos años, ha negado consistentemente cualquier delito. Sin embargo, el juez Thierry Donard consideró poco convincente su versión de los hechos. En contraste, el testimonio de una de las víctimas, Amelie K, resultó decisivo para el tribunal. Ella relató cómo fue manoseada en varias partes del cuerpo, atrapada entre las piernas del actor y sometida a comentarios sexuales explícitos. Dos testigos confirmaron su versión, lo que fortaleció la credibilidad de su denuncia ante el tribunal.
La defensa del actor ha anunciado que apelará la decisión. No obstante, el fallo marca un precedente en una sociedad donde el movimiento #MeToo ha avanzado con mayor lentitud que en otras partes del mundo, como Estados Unidos. Aunque el cambio ha sido paulatino, este caso sugiere que las actitudes están empezando a transformarse en torno a la violencia sexual y el consentimiento en el ámbito profesional.
La condena ha sido recibida por las víctimas y sus representantes como una validación importante. El abogado de Amelie K calificó la resolución judicial como una “buena decisión” que representa un reconocimiento concreto para quienes han denunciado a Depardieu.
Este proceso también ha revelado profundas divisiones generacionales en Francia sobre el sexismo y el poder en la industria del entretenimiento. Mientras que nuevas voces exigen justicia y respeto, figuras veteranas como Brigitte Bardot han salido en defensa del actor, desestimando la gravedad de las acusaciones con argumentos que refuerzan estereotipos arraigados. Bardot llegó a decir que “los que tienen talento y meten mano a una chica son arrojados a la alcantarilla”, una frase que generó fuerte polémica en redes y medios.
Depardieu ha intentado justificar su comportamiento como inofensivo, incluso afirmando ante el tribunal que tocar los glúteos de alguien no constituía una agresión sexual en su percepción, y sugirió que algunas mujeres “se escandalizan con demasiada facilidad”. Sin embargo, la justicia francesa ha comenzado a trazar una línea más clara entre el poder y el abuso, abriendo un debate urgente sobre los límites del consentimiento y el respeto en el mundo laboral.
El caso Depardieu deja claro que incluso las figuras más influyentes no están por encima de la ley y que la cultura de impunidad en la industria del entretenimiento comienza a encontrar freno en los tribunales. (Maya Comunicación)