¿Qué es la basura espacial?, investigador de la UNAM explica

 ¿Qué es la basura espacial?, investigador de la UNAM explica

Morelia, Mich., a 21 de junio de 2025.- En fechas recientes, se han reportado diversos acontecimientos relacionados al reingreso de lo que se conoce como ‘basura espacial’. Al respecto, el doctor Raúl Gutiérrez Zalapa, investigador posdoctoral del Instituto de Geofísica Unidad Michoacán (IGUM), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien tiene tiempo siguiendo estos acontecimientos de cerca, brinda mayor información respecto a este tema y por qué debería mantener nuestra atención.

¿Qué es la basura espacial?
La basura espacial, también llamada ‘desechos orbitales’, está constituida por todo material artificial que ha sido puesto en órbita y que ya no cumple una función activa: satélites fuera de servicio, fragmentos de cohetes, restos de explosiones, colisiones o desprendimientos de material de misiones espaciales. En algunos casos, estos objetos pueden permanecer orbitando durante décadas. Sin embargo, cuando estos reingresan a la atmósfera terrestre, de manera controlada o incontrolada, pueden llegar a fragmentarse y algunos pueden alcanzar la superficie.

Al respecto, el doctor Gutiérrez Zalapa apunta lo siguiente: “En mi trabajo como investigador especializado en objetos cercanos a la Tierra (NEOs), meteoroides y basura espacial, estudiamos estas trayectorias de entrada, su dinámica atmosférica, fragmentación y dispersión en tierra”. Esto se hace con motivo del monitoreo constante que implica el clima espacial y la información que desde el IGUM se emite para las autoridades para la protección civil.

¿Representa la basura espacial un riesgo para la población?
El investigador universitario explica que los riesgos para la salud y el medioambiente dependen de factores como el tipo de material, el lugar de reentrada, la cantidad de residuos que sobreviven al paso atmosférico y el tipo de compuestos involucrados. Aunque la mayoría de la basura espacial se desintegra en la atmósfera, algunos fragmentos grandes o resistentes pueden sobrevivir.

En términos ambientales, estos fragmentos pueden contener materiales tóxicos o contaminantes (por ejemplo, compuestos de fósforo, bario, aluminio, metales pesados o residuos de combustibles hipergólicos) que, al caer en ecosistemas marinos o terrestres, pueden afectar flora, fauna e incluso contaminar las cadenas tróficas si no son retirados oportunamente.

En el caso reportado de fragmentos de Starship hallados en costas mexicanas, preocupa particularmente la presencia de fósforo y otros residuos potencialmente peligrosos que pueden afectar tanto la biodiversidad marina como representar un riesgo para las personas en contacto directo con los restos.

¿Cómo se puede explicar lo sucedido con el Starship?
El Starship, como sistema de lanzamiento de gran escala, opera mediante múltiples etapas. En cada lanzamiento es común que ciertos componentes se separen (deliberadamente o no) y reingresen a la atmósfera. Dependiendo de la geometría de entrada, velocidad, altura de ruptura y composición de los materiales, algunos fragmentos pueden resistir la ablación (destrucción por fricción atmosférica) y alcanzar la superficie.

En el caso reciente, parte de estos restos lograron llegar a la región costera de Tamaulipas. Esto sugiere que los componentes reingresaron a baja velocidad terminal, lo que es consistente con ciertos modelos de dinámica de reentrada donde fragmentos de alta densidad y baja área superficial sobreviven hasta el impacto.

Los restos de un vehículo como Starship pueden incluir aleaciones metálicas de alta resistencia (aluminio, titanio, acero inoxidable), aislantes térmicos, compuestos cerámicos, residuos de combustible sólido o líquido (metano, oxígeno líquido), sistemas electrónicos, baterías de litio, compuestos de fósforo, plásticos, recubrimientos y materiales compuestos.
El fósforo, reportado en los medios, podría derivarse de cargas pirotécnicas usadas para separaciones y/o combustión, así como mecanismos de emergencia durante el vuelo.

Los peligros potenciales de dichos restos abarcan desde riesgos físicos: fragmentos afilados, metálicos, pesados que pueden representar peligro si son manipulados por personas sin equipo adecuado; riesgos químicos: materiales tóxicos o contaminantes que, al entrar en contacto con el agua de mar, pueden disolverse, bioacumularse o dañar especies marinas, y riesgos para fauna y salud pública: la ingestión accidental de microfragmentos por fauna marina; además de la exposición prolongada de personas a residuos tóxicos en las playas. En las costas mexicanas, estos restos representan un riesgo particular dada la riqueza de ecosistemas costeros, manglares, zonas de desove de tortugas, aves marinas y pesca artesanal.

Ante la caída de este tipo de residuos, es importante tomar las siguientes medidas como acción inmediata:
• Aislar la zona donde aparezcan los fragmentos.
• Impedir el acceso de la población sin protección.
• Notificar a las autoridades ambientales, marítimas, de salud y protección civil.
• Solicitar asistencia técnica especializada para el manejo y análisis de los materiales.
• Evaluar contaminación potencial (análisis químico de agua, suelo y biota).

Además, señaló que “es importante establecer canales de cooperación internacional, dado que los operadores espaciales son responsables, bajo tratados internacionales como el Convenio sobre Responsabilidad de 1972, de los daños causados por sus objetos”. Por tanto, apuntó a que las compañías deben planificar cuidadosamente las trayectorias de reentrada, minimizar el uso de materiales peligrosos, implementar diseños de reentrada controlada y establecer protocolos claros de notificación y contingencia.

Asimismo, añadió que es necesario que los gobiernos fortalezcan sus marcos regulatorios de operaciones espaciales, exijan evaluaciones de impacto ambiental de lanzamientos, cuenten con protocolos interinstitucionales de respuesta rápida y garanticen la transparencia y el acceso público a la información sobre eventos de reentrada.

En palabras del experto universitario, “la exploración espacial ha traído enormes beneficios científicos y tecnológicos. Sin embargo, también impone nuevas responsabilidades. Eventos como éste muestran que las actividades espaciales tienen consecuencias planetarias y transfronterizas. Es fundamental fortalecer el monitoreo internacional de la basura espacial, avanzar en tecnologías de mitigación y fomentar una gobernanza espacial ética, preventiva y responsable”.

Por último, el doctor Gutiérrez Zalapa subrayó la importancia de fortalecer la cooperación científica y la capacidad de respuesta ante estos eventos, particularmente en regiones costeras vulnerables como las de México.

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