Colegio de Arquitectos invita a la Conmemoración 120+80 CAM-SAM

A partir del inicio del siglo XX, la evolución de las ciudades mexicanas, se desarrollaron con base a los avances e impacto de la revolución industrial, el crecimiento demográfico y los nuevos estilos de vida, de una vida rural a una creciente vida urbana. La arquitectura también evolucionó como reflejo de esta etapa, pasando de las corrientes arquitectónicas europeas (italianas, francesas e inglesas, primordialmente) hasta aquellas que representaron enormes esfuerzos por crear una arquitectura que destacara los valores de identidad de un nuevo México, independiente y revolucionario. Como una parte significante de nuestra identidad, de lo mexicano, la arquitectura ha aportado su frasco de arena, equilibrando el territorio con su uso y explotación, compensando la unión del clima con la producción, hilvanando la cultura con las ciudades, entretejiendo los barrios con el espacio público, acercando la vivienda al equipamiento urbano y detallando el mobiliario con el confort de las personas, entre otros.

Además de otros profesionistas, los arquitectos también han participado en hacer cumplir los derechos humanos, con la planeación urbana, diseño arquitectónico, edificación y gestión de escuelas, hospitales, mercados, plazas públicas, viviendas, fábricas, estaciones de bomberos y autobuses, etc. sintiéndonos orgullosos del reconocimiento internacional para figuras como Carlos Lazo, Luis Barragán, Ruth Rivera, Pedro Ramírez Vázquez, Estefanía Chávez, Ricardo Legorreta y Teodoro González de León, entre muchos otros.

No obstante, las raíces del legado arquitectónico forjado a partir del siglo xx, hasta el día de hoy, es poco conocido, poco difundido y sobre todo poco protegido. Los edificios simbólicos del México antiguo o prehispánico, del México novohispano, del independentista, reformista y porfirista, cuentan con su propio sistema de reconocimiento, desde un marco legal internacional, pasando por un modelo de sostenibilidad (con base al turismo), hasta un marco técnico y normativo. Con excepción y considerando que la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México (AIAM) se creó en el año 1868, parece irónico recordar que, previo al inicio del siglo XX, donde no existían los cuerpos colegiados de arquitectura, es la etapa que más reconoce, respeta, y cuida la reputación de la arquitectura mexicana.

En este sentido, recordemos que, durante el gobierno de Porfirio Díaz, un grupo de arquitectos encabezados por los arquitectos Guillermo Pallares y José Luis Cuevas, promovieron la creación de la primera organización gremial de arquitectos en México, teniendo como objetivo “el adelantamiento de la arquitectura”.  El día 6 de junio de 1905, se declaró solemnemente constituida la Sociedad de Arquitectos Mexicanos (SAM), designando al Arq. Carlos Lazo, como primer presidente de la Mesa Directiva Provisional. Esta primera etapa gremial nació en el ocaso del régimen porfirista, incluyendo los festejos del primer centenario de la independencia, para posteriormente atravesar por completo la lucha armada revolucionaria. En relación estrecha con la visión de José Vasconcelos, en la búsqueda de una identidad nacional, se encuentra la primera misión del arquitecto y la arquitectura y su aportación social.

Asimismo, bajo la presidencia de Manuel Ávila Camacho y su discurso de unidad nacional, en 1945 entró en vigor la Ley Reglamentaria del Artículo 5º Constitucional relativa al ejercicio de las profesiones, por lo cual, habiendo concluido la segunda guerra mundial y teniendo un franco impulso mundial hacia el desarrollo, la estructura gremial cambia para cumplir las disposiciones oficiales, originando la creación del Colegio de Arquitectos Mexicanos A.C. (CAM), el día 11 de marzo de 1946, teniendo como primer presidente del Consejo Directivo al Arq. Federico Mariscal. La creación de este nuevo cuerpo colegiado es coincidente con el cambio de régimen, de un gobierno militar a uno de carácter civil, incluyendo su etapa conocida como “el milagro mexicano” o de “desarrollo estabilizador”.

En esta etapa, el éxito de las políticas económicas generaron una explosión de la inversión para el mejoramiento, crecimiento y expansión de las ciudades, los planes de infraestructura las obras públicas se convirtieron en subsistemas de equipamiento para la salud (hospitales, clínicas, sanatorios, etc.), en subsistemas para la educación (escuelas, universidades, institutos, etc.), en subsistemas para el transporte (aeropuertos, terminales de autobuses, carreteras, etc.), en subsistemas del comercio (mercados, centros de abasto, comercios, fábricas, etc.) y en subsistemas de cultura y esparcimiento (auditorios, teatros, parques, cines, museos, etc.) entre otros.

Los anteriores momentos nos sirven de ejemplo y nos muestran cómo y por qué se acumularon experiencias positivas y negativas, en una línea de tiempo: 120 años desde la fundación de la SAM y los 80 años, en 2026, del CAM.

Es por ello que, convocamos a nuestros miembros colegiados, a las sociedades de especialistas, a las organizaciones gremiales hermanas y afines, a las autoridades de las instituciones públicas y privadas, a los empresarios, a la academia, investigadores y al público en general, a participar en la Conmemoración 120+80 del CAM-SAM, un extraordinario momento para desarrollar una diversidad de eventos organizados como tanques de pensamiento (Think TanK) y reflexión hacia una acción de renovación, a través de congresos, seminarios, mesas redondas, publicaciones, talleres, concursos y exposiciones, entre otros, acciones que tienen como finalidad:

• Honrar la historia de quienes han construido los cimientos gremiales y las ciudades mexicanas: destacar los liderazgos reconocidos y los olvidados, las acciones y las obras de mujeres y hombres, resaltando el legado que se ha creado, tanto lo que disfrutamos como lo que sufrimos;

• Reconocer los retos y desafíos de nuestro presente: analizar nuevamente la situación en la que nos encontramos: ¿Quiénes y cuántos somos; dónde estamos; qué rezagos tenemos; qué gobiernos queremos; cómo podemos ayudar; hacia dónde vamos?, etc.

• Identificar las oportunidades que reorienten nuestros futuros comunes: los arquitectos sabemos y estamos para resolver, crear escenarios de corto, mediano y largo plazo, para promover, diseñar, planificar, coordinar y gestionar acciones empresariales y de políticas públicas en materia de: arquitectura, vivienda, espacio público, desarrollo urbano, cambio climático, sustentabilidad y ordenamiento territorial, entre otros; y para apoyar y señalar los programas de gobierno que demuestren un horizonte de continuidad en la mejora de la calidad de vida de las personas.

En este sentido, la Conmemoración 120+80 del CAM-SAM es un espacio abierto, libre y amplio de asistencia, participación y aportaciones, no solo de los miembros colegiados maduros y jóvenes, sino de todo aquel que quiera compartir sus vivencias personales en el entorno de la convivencia gremial y por supuesto, del impacto que su experiencia en el ejercicio profesional, ha ocasionado y ocasionará en la evolución de nuestras comunidades, las ciudades y el hábitat.

Para mayor información: ver página web:  www.colegiodearquitectoscdmx.org